domingo, 10 de noviembre de 2013

La hipocresía de la sociedad.

Encarémoslo. La sociedad es hipócrita. Todos sabemos que tu amiguita, esa misma que te dice que "no estás tan gorda" y "te ves bien" cada vez que salen, por dentro celebra el hecho de que no le resultes una competencia visual y al caminar por la calle junto a ti no espantes uno de los posibles pretendientes que le dirija la clásica miradita coqueta que a ti rara vez te dedican porque eres una gorda de mierda, y lo sabes. O esa cantante o actriz famosa que dedica la mejor de las sonrisas mientras mira a la cámara y le aconseja a toda su tropita de fans femeninas que el físico no es lo importante, sino lo que va por dentro; que coman bien y rico, porque la vida es una sola y ella tampoco se priva de nada cuando se trata de llevarse basura a la boca. POR FAVOR, la mina es así de delgada por arte de magia, ¿a que no? Si todas lo son... no me hagan reír. Se quieren hacer las interesantes, porque ellas también se matan de hambre todo el día (pues claro, de otra manera nadie las contrataría para ninguna película ni les comprarían ningún disco. Ser hermosa es una obligación cuando trabajas en los medios de comunicación).
El tema es el siguiente, queridas amigas: la sociedad nos dirá que está bien, que ser delgada no es una necesidad primordial y que así como estamos, vamos a la perfección, porque al menos somos buenas personas, y déjenme ser la primera en decirles que no es así. No es un secreto para nadie que la vida te resulta 500% más fácil cuando eres guapa y delgada (y si a eso le sumamos simpatía, vamos aún mejor encaminadas), pero nadie te lo va a decir directamente, porque la gente es cínica. Las mujeres somos muy envidiosas y competitivas entre nosotras y aunque la mayoría de las delgadas coma como un pájaro recién nacido para mantener la figura, en público van a dárselas de grandes glotonas, de que ellas son así "porque la genética les dio en el gusto y les cuesta mucho engordar". Ya quisiera ver si las genética les "ayudaría" si se comieran dos huevos diarios o hicieran salidas todos los fines de semanas al McDonalds. Shut the fuck up.
En cuanto a los hombres... bueno, ellos al menos son un poco más honestos. Cuando eres gorda ni te miran, y algunos hasta se dan el lujo de verte con un poquito de asco (cosa positiva, amigas, nos motiva a trabajar aún más duro y hacer que ese mismo idiota desvíe las pupilas el día que lo localicemos de nuevo con una figura salida de la mejor portada de Vogue).
No le crean a los que están alrededor de ustedes, porque el mundo es así, hipócrita, mentiroso y cínico; las personas va por la vida diciéndote que eres bonita sólo para que no te sientas mal contigo misma, pero les da asco que tus muslos sean tan anchos y tu cintura casi inexistente. ¿Crees acaso que el murciélago que se te forma debajo de los brazos es bonito? ¿Le gustaría a alguien? ¿Calentaría a algún hombre? Si hasta tú lo odias. Te van a decir que estás bien, que te quieren así, que no importa, pero todo es mentira. Si importa, porque estás harta de tener que pedir tu talla normal cuando, con ilusión, pides una talla menos, te harta compararte siempre con las demás y saber que ni entrarías en el juego porque no eres competencia física para nadie.